Santiago.-Un corral para vacas sirve como escuela para los 240 niños en la comunidad de Jumunucú en Jarabacoa, mientras en Monte Adentro en Santiago, estudiantes toman clase parados ante la falta de butacas.
En el caso del pequeño almacén en Jumunucú, el local fue prestado por el propietario de una finca para impedir que los alumnos pierdan el año escolar que recientemente acaba de iniciar.
En la rancheta de zinc y pedazos de cartón, se imparte desde el pre primario hasta octavo grado.
La cercan donde por las noches meten a los animales, sirve para las actividades recreativas y deportivas.
La mañana del jueves, residentes en Jumunucú, estudiantes y profesores realizaron una protesta para demandar la culminación de una escuela que lleva aproximadamente dos años en etapa de construcción.
El 17 de agosto pasado entregaron un documento a las autoridades educativas para exigirles que sean retomados los trabajos del centro educativo profesor Rafael Abreu, que está a cargo del ingeniero Rigoberto Arístides Franco.
La obra que se encuentra en etapa de un 60 por ciento, cuenta con dos módulos, área de recreación, salón de actividades, área administrativa, comedor y cocina.
Los miembros de la sociedad de padres y amigos de la escuela y de juntas de vecinos dicen que los trabajos llevan varios meses que fueron paralizados.
En el liceo María Secundina Torres Sirí de Monte Adentro, el mayor inconveniente es la estrechez en que deben recibir docencia 410 alumnos.
Una gran parte de los estudiantes permanecen parados ante el deterioro de las butacas.
Aunque varios de los alumnos denunciaron que muchas veces han tenido que llevar sus asientos de sus casas, la dirección lo niega, pero reconoce que necesitan la ampliación de la escuela.
Recientemente, el Caribe publico la situación en que reciben docencia los estudiantes del liceo San Francisco de Asís en Cienfuegos, debido a las grietas del local que amenaza con colapsar.
