Construcciones causan desaparición de cuerpos de agua

 Santiago.-De 60 cuerpos de agua con que contaba la provincia de Santiago, el 50 por ciento ha desparecido algunos tapados para la construcción e grandes obras de infraestructura o por la permisibilidad de desmonte en sus cuencas. De acuerdo al…

 Santiago.-De 60 cuerpos de agua con que contaba la provincia de Santiago, el 50 por ciento ha desparecido algunos tapados para la construcción e grandes obras de infraestructura o por la permisibilidad de desmonte en sus cuencas. De acuerdo al estudio de la Sociedad Ecológica de Santiago, desde manantiales, cañadas y hasta humedales se han visto afectados por esta práctica indiscriminada.

Luis Polanco, director ejecutivo de la Soeci, dijo que en muchas ocasiones, estos cuerpos de agua son ocupados por particulares que se apropian como se  tratara de un bien de su propiedad. Puso como ejemplo el manantial del sector Jardines Municipales en la parte norte de la ciudad.

 “Aquí se están tapando o muchas veces rellenando nuestros cuerpos de agua y eso ha causado que el 50 por ciento desaparezcan”, apunta Polanco al hablar con reporteros de El Caribe.

Mostró preocupación por la situación en que se encuentran la mayoría de ríos y cañadas, debido a los niveles de contaminación. En el caso del río Quinigua en la zona norte de Santiago, tiene un largo tiempo seco y solo se pueden observar las piedras y arena. 

Los residentes en esa zona de Jacagua, dicen que las pocas veces que se nota el caudal, es cuando se registran fuertes aguaceros en la cuenca.

“Antes los que vivíamos por aquí utilizábamos este río para bañarnos y nuestras mujeres para lavar las ropas, pero con la sequía y los desmontes en la loma, nos quedamos sin nada”, apunta Ramón Saldaña, residente en la comunidad de Quinigua.

 En el caso de la laguna que comenzó a acumular agua hace más de diez años, en la intercesión de las avenidas Estrella Sadhalá con República de Argentina, este se ve afectada por construcciones de plazas que impide que pueda tener desagüe. Esto comienza a afectar  a los moradores del residencial La Rosaleda, que se quejan de los niveles de contaminación y la maleza que atrae a todo tipo de alimañas.

En Santiago como municipio tiene 52 zonas vulnerables donde residen aproximadamente 20 mil personas según el más reciente censo realizado por Defensa Civil, algunos de familias que por años vienen ocupando esos cuerpos de agua para instalar sus viviendas.  La mayoría viven en cañadas y ríos o debajo de los puentes.

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