MAO, Valverde.- El jefe de Estado Mayor del Ejército; el exdirector de la Policía; la fiscal de aquí; la Gerente Regional del Banco de Reservas y el Director del Centro Universitario del Noroeste, han sido reconocidos por la Cámara de Comercio y Producción de Valverde, por su arduo y eficaz labor a favor de la sociedad.
El Mayor General, Rubén Darío Paulino Sem, Antonio Taveras, Emilia Suárez, coronel Eddy Pérez, y Sonia del Carmen Espejo, recibieron sus estatuillas de parte de Pedro Espinal, José Pandero, presidente, vicepresidente y la directiva en pleno de la Cámara de Comercio y Producción de Valverde.
Pedro Espinal y José Pandelo, presidente y vicepresidente de la entidad promotora de los reconocimientos, afirman que los homenajeados son dignos merecedores de estos premios, a la vez que ponderaron la labor realizada en sus respectivas dependencias.
Al hablar Espinal y Pandelo opinan que efectos positivos de sus acciones impactan en las provincias Valverde, Santiago Rodríguez, Montecristi y Dajabón que conforman la Región Noroeste.
El acto fue bendecido por su Eminencia Reverendísima, Monseñor Diómedes Espinal, obispo de la Diócesis de la Línea Noroeste quien elogió la labor titánica de cada uno de los reconocidos, la cual tilda de justa que la sociedad debe apoyar.
El mitrado motivó a los presentes y la sociedad emular los esfuerzos de esas autoridades que lo hacen con entrega y esfuerzos denodados.
Pedro Espinal, presidente de Cámara de Comercio y Producción de Valverde, pondera las cualidades humanas y profesionales de los galardonados, por lo que son merecedores de esos reconocimientos.
E indica que la sociedad local está muy satisfecha por las funciones hecha por cada uno de los galardonados, quienes gustosos y agradecidos que se les tome en cuenta recibieron sus estatuillas, prometiendo que las colocaran en lugar muy visibles.
Indica que los exaltados son genuinos merecedores de estos reconocimientos por el arduo y efectivo trabajo a beneficio de la sociedad local y nacional.
Esbozó lo dicho por el apóstol San Pablo cuando en su apología dijo que la tenacidad y la perseverancia del cristiano debe ser premiada como fue la entrega de la corona a los campeones olímpicos de la antigua ciudad de Atenas, en Grecia.
