Negro Veras: “Si alguna virtud tengo es haber sido leal a mis ideas”

Conocido como un profesional y ser humano de conducta intachable, el jurista Ramón Antonio –Negro Veras- es un ejemplo de superación que ha dedicado su vida a luchar por los sanos intereses del país, tanto como activista en la s

Negro Veras: “Si alguna virtud tengo es haber sido leal a mis ideas”

Conocido como un profesional y ser humano de conducta intachable, el jurista Ramón Antonio –Negro Veras- es un ejemplo de superación que ha dedicado su vida a luchar por los sanos intereses del país, tanto como activista en la s

Conocido como un profesional y ser humano de conducta intachable, el jurista Ramón Antonio –Negro Veras- es un ejemplo de superación que ha dedicado su vida a luchar por los sanos intereses del país, tanto como activista en la sociedad civil, como en su desempeño profesional.

Comenzó a explorar sus ideales por una sociedad mejor cuando apenas era un adolescente y comenzó a formar parte de Los Panfleteros, luchando desde ahí contra el régimen trujillista.

Con algo más de 72 años, Negro Veras asegura esperar que al desaparecer del mundo de los vivos, sus hijos y nietos puedan decir que él trató de ser coherente en su vida familiar, amistosa, profesional y pública.

“Puedo decir que como ser humano estoy preñado de defectos y que si alguna virtud tengo es haber sido leal a mis ideas. No me siento realizado como ser humano ni como dominicano, porque todavía no he visto que se han materializado las ideas políticas y sociales que abracé desde la adolescencia”, asegura Veras.

Como padre, dice sentirse satisfecho, ya que hasta ahora sus hijos, nietos y nietas no han violado los principios que recibieron en el hogar, además han tenido un comportamiento, como hombres y ciudadanos de bien.

Aunque ha hecho grandes aportes al país como abogado, y económicamente esta profesión le permitió levantar a su familia dignamente, Veras asegura que si vuelve a nacer no escoge esa profesión, porque la carrera que escogió cuando se inscribió en la universidad no es la que se ejerce hoy día. “Así como se ha deteriorado la sociedad dominicana, también se ha deslustrado la profesión de abogado”.

 

Su niñez

La niñez para mí fue sumamente dura, en ella aprendí a saber lo que era el hambre, la miseria y la pobreza. Muchas veces me acosté sin cenar. Fui vendedor de periódicos y limpiador de zapatos. En hogares como los de la familia Llenas, los padres de Chilote, muchas veces mitigué el hambre. La primera ropa bonita que me puse fueron de medio uso, principalmente recuerdo las camisas desechadas por Manuel Cocco, hermano de Miguel Cocco, que las heredaba porque mi madre trabajaba como lavadora y planchadora en su hogar.

 

Prisión de su madre

Un momento duro en mi niñez que recuerdo fue cuando una mañana en el año 1952, agentes policiales allanaron mi casa y se llevaron presa a mi madre. Ella fue condenada a tres meses. Ella era adversaria al régimen. Cumplió su condena en una celda de la Fortaleza San Luis de Santiago, y por coincidencia en la misma celda, la primera vez que caí preso, fui a parar a esa misma celda.

 

En lo político

Recuerdo el 15 de enero de 1960, día que fueron apresados los integrantes del grupo de Los Panfleteros de Santiago. Ese hecho fue para mí muy doloroso, y políticamente me marcó porque al formar parte de la Unión de Grupos Revolucionados Independientes sentí que había perdido a mis compañeros y hermanos, y más aún que muchos murieron en el centro de torturas de La Cuarenta por ser firmes y no identificar a otros que no fueron detenidos, entre los cuales me encontraba yo.

 

En lo estudiantil

En el nivel secundario mi mayor satisfacción fue cuando alcancé mi tercer título de bachiller: primero me gradué de bachiller en Ciencias Físicas y Matemáticas, luego en Ciencias Físicas y Naturales y posteriormente en Ciencias Sociales. Ya previamente había obtenido los títulos de contador mercantil y taquígrafo en la Academia Santiago.

 

Universitario

A nivel universitario me sentí sumamente bien el día de mi investidura con la distinción de todos mis compañeros y compañeras, y de mis profesores, felicitándome por haber obtenido la calificación Magna Cum Laude con un promedio de 97 de la promoción del año 1967 en la Universidad Autónoma de Santo Domingo.

 

En lo profesional

Ya como abogado, viví momentos de satisfacción cuando logré la libertad de varios presos políticos durante el régimen de los doce años del doctor Joaquín Balaguer. Entre estos detenidos recuerdo al finado Lorenzo Vargas, Onelio Espaillat Campos, Julio de Peña Valdez y otros, y algunos que todavía viven, como Narciso Isa Conde, Fafa Taveras, Tancredo Vargas y Domingo Rosario. Me siento abogado cuando recuerdo y veo que muchos de ellos están vivos porque se lo arranqué ante los tribunales al régimen.

 

Lucha internacional

En la solidaridad internacional he vivido momentos de agrado, al haber participado en la década del 70 y del 80 como miembro del Consejo Mundial de la Paz, un organismo mundial que tenía su sede en Helsinki. Desde esta organización defendí la paz mundial, la libertad de los pueblos del mundo, mi posición contra las armas nucleares y me permitió también compartir escenario con líderes mundiales como el Papa Juan XXIII.

 

Lucha contra drogas

La actividad más peligrosa en la vida pública para mí ha sido la llevada a cabo en la década del 70, el 80 y parte del 90 contra las drogas y el narcotráfico; como abogado y como presidente del Patronato de lucha contra las Drogas puse en juego mi vida y la de toda mi familia. Y también percibí la perversidad, la difamación, las falsedades de personas que creía mis aliados en esa lucha, y luego comprendí que no servían para nada.

 

Momentos dolorosos

A nivel afectivo y familiar no olvido momentos dolorosos, como fue la pérdida de mi madre, la muerte de mi compañera Carmen y la tentativa de asesinato de mi hijo Yordi. Mi madre murió en el 1978, Carmen murió en el 2004, y el intento de asesinato de Yordi fue en el 2010.

 

Al borde de la muerte

Al borde de la muerte me he visto varias veces. Recuerdo en la cárcel en 1965 cuando me sacaron con cuatro más de una celda y solamente regresé yo, a los otros los mataron. Estando preso en La Victoria, conjuntamente con Freddy Beras Goico, pensé que me iban a eliminar. En 1972 fui lanzado desde la segunda planta del local de Unachosin, y rasladado en un carro de la Policía a la morgue del Cabral y Báez, luego comprobaron que estaba vivo, y durante 28 días no conocía a nadie.

 

Activismo

A nivel educativo y como activista en la sociedad civil me he sentido bien con haber sido fundador de la Asociación Nacional de Estudiantes Secundarios; por haber integrado el grupo de abogados en el país, colaborar en la concienciación del movimiento sindical, del movimiento clubístico, barrial y de diferentes gremios de los profesionales del Derecho. Fui el fundador de la Asociación de Abogados de Santiago, de la Asociación Dominicana de Abogados y del Colegio de Abogados de la República Dominicana, todo cuando se actuaba con sentido de desprendimiento, no buscaba nada material.

 

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Conocido como un profesional y ser humano de conducta intachable, el jurista Ramón Antonio –Negro Veras- es un ejemplo de superación que ha dedicado su vida a luchar por los sanos intereses del país, tanto como activista en la sociedad civil, como en su desempeño profesional.

Comenzó a explorar sus ideales por una sociedad mejor cuando apenas era un adolescente y comenzó a formar parte de Los Panfleteros, luchando desde ahí contra el régimen trujillista.

Con algo más de 72 años, Negro Veras asegura esperar que al desaparecer del mundo de los vivos, sus hijos y nietos puedan decir que él trató de ser coherente en su vida familiar, amistosa, profesional y pública.

“Puedo decir que como ser humano estoy preñado de defectos y que si alguna virtud tengo es haber sido leal a mis ideas. No me siento realizado como ser humano ni como dominicano, porque todavía no he visto que se han materializado las ideas políticas y sociales que abracé desde la adolescencia”, asegura Veras.

Como padre, dice sentirse satisfecho, ya que hasta ahora sus hijos, nietos y nietas no han violado los principios que recibieron en el hogar, además han tenido un comportamiento, como hombres y ciudadanos de bien.

Aunque ha hecho grandes aportes al país como abogado, y económicamente esta profesión le permitió levantar a su familia dignamente, Veras asegura que si vuelve a nacer no escoge esa profesión, porque la carrera que escogió cuando se inscribió en la universidad no es la que se ejerce hoy día. “Así como se ha deteriorado la sociedad dominicana, también se ha deslustrado la profesión de abogado”.

 

Su niñez

La niñez para mí fue sumamente dura, en ella aprendí a saber lo que era el hambre, la miseria y la pobreza. Muchas veces me acosté sin cenar. Fui vendedor de periódicos y limpiador de zapatos. En hogares como los de la familia Llenas, los padres de Chilote, muchas veces mitigué el hambre. La primera ropa bonita que me puse fueron de medio uso, principalmente recuerdo las camisas desechadas por Manuel Cocco, hermano de Miguel Cocco, que las heredaba porque mi madre trabajaba como lavadora y planchadora en su hogar.

 

Prisión de su madre

Un momento duro en mi niñez que recuerdo fue cuando una mañana en el año 1952, agentes policiales allanaron mi casa y se llevaron presa a mi madre. Ella fue condenada a tres meses. Ella era adversaria al régimen. Cumplió su condena en una celda de la Fortaleza San Luis de Santiago, y por coincidencia en la misma celda, la primera vez que caí preso, fui a parar a esa misma celda.

 

En lo político

Recuerdo el 15 de enero de 1960, día que fueron apresados los integrantes del grupo de Los Panfleteros de Santiago. Ese hecho fue para mí muy doloroso, y políticamente me marcó porque al formar parte de la Unión de Grupos Revolucionados Independientes sentí que había perdido a mis compañeros y hermanos, y más aún que muchos murieron en el centro de torturas de La Cuarenta por ser firmes y no identificar a otros que no fueron detenidos, entre los cuales me encontraba yo.

 

En lo estudiantil

En el nivel secundario mi mayor satisfacción fue cuando alcancé mi tercer título de bachiller: primero me gradué de bachiller en Ciencias Físicas y Matemáticas, luego en Ciencias Físicas y Naturales y posteriormente en Ciencias Sociales. Ya previamente había obtenido los títulos de contador mercantil y taquígrafo en la Academia Santiago.

 

Universitario

A nivel universitario me sentí sumamente bien el día de mi investidura con la distinción de todos mis compañeros y compañeras, y de mis profesores, felicitándome por haber obtenido la calificación Magna Cum Laude con un promedio de 97 de la promoción del año 1967 en la Universidad Autónoma de Santo Domingo.

 

En lo profesional

Ya como abogado, viví momentos de satisfacción cuando logré la libertad de varios presos políticos durante el régimen de los doce años del doctor Joaquín Balaguer. Entre estos detenidos recuerdo al finado Lorenzo Vargas, Onelio Espaillat Campos, Julio de Peña Valdez y otros, y algunos que todavía viven, como Narciso Isa Conde, Fafa Taveras, Tancredo Vargas y Domingo Rosario. Me siento abogado cuando recuerdo y veo que muchos de ellos están vivos porque se lo arranqué ante los tribunales al régimen.

 

Lucha internacional

En la solidaridad internacional he vivido momentos de agrado, al haber participado en la década del 70 y del 80 como miembro del Consejo Mundial de la Paz, un organismo mundial que tenía su sede en Helsinki. Desde esta organización defendí la paz mundial, la libertad de los pueblos del mundo, mi posición contra las armas nucleares y me permitió también compartir escenario con líderes mundiales como el Papa Juan XXIII.

 

Lucha contra drogas

La actividad más peligrosa en la vida pública para mí ha sido la llevada a cabo en la década del 70, el 80 y parte del 90 contra las drogas y el narcotráfico; como abogado y como presidente del Patronato de lucha contra las Drogas puse en juego mi vida y la de toda mi familia. Y también percibí la perversidad, la difamación, las falsedades de personas que creía mis aliados en esa lucha, y luego comprendí que no servían para nada.

 

Momentos dolorosos

A nivel afectivo y familiar no olvido momentos dolorosos, como fue la pérdida de mi madre, la muerte de mi compañera Carmen y la tentativa de asesinato de mi hijo Yordi. Mi madre murió en el 1978, Carmen murió en el 2004, y el intento de asesinato de Yordi fue en el 2010.

 

Al borde de la muerte

Al borde de la muerte me he visto varias veces. Recuerdo en la cárcel en 1965 cuando me sacaron con cuatro más de una celda y solamente regresé yo, a los otros los mataron. Estando preso en La Victoria, conjuntamente con Freddy Beras Goico, pensé que me iban a eliminar. En 1972 fui lanzado desde la segunda planta del local de Unachosin, y rasladado en un carro de la Policía a la morgue del Cabral y Báez, luego comprobaron que estaba vivo, y durante 28 días no conocía a nadie.

 

Activismo

A nivel educativo y como activista en la sociedad civil me he sentido bien con haber sido fundador de la Asociación Nacional de Estudiantes Secundarios; por haber integrado el grupo de abogados en el país, colaborar en la concienciación del movimiento sindical, del movimiento clubístico, barrial y de diferentes gremios de los profesionales del Derecho. Fui el fundador de la Asociación de Abogados de Santiago, de la Asociación Dominicana de Abogados y del Colegio de Abogados de la República Dominicana, todo cuando se actuaba con sentido de desprendimiento, no buscaba nada material.

 

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